martes, 4 de noviembre de 2014



" En la cima de una encina,
debajo de una rama,
lloraban los sapos,
cantaban las ranas.
Reía la mirla,
nadaba la pata,
y en el fondo del charco,
jugaban los gusarapas.
Llovió por la noche,
hasta la madrugada y
el agua del arroyo,
ya no era tan clara;
se bañaba mi niña
y los juncos la mimaban.
Las olas que desprendía,
no eran olas, eran alas;
alas como los ángeles, 
alas, alas, alas..."

JM

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