En el fondo del barranco
y en el mundo entero,
se oyó latir aquel…
aquel perro puntero;
pregunté de quién era ,
no me lo dijeron,
las jaras que tanto
guardan,
velaban al Arcabucero;
él, sólo, dio con el guarro…
él solito, murió en el empeño.
Gente que de monte tanto sabe,
por qué no me lo dijeron,
tres lunas me costó,
tres días, sin premio,
pero ya lo tengo conmigo...
ya duerme en mis adentros.
JM
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