lunes, 18 de junio de 2018




Con niebla en la cara

y sombra en el pelo,

descubría su mirada,

con cierto recelo...

había llovido mucho, antes;

el aire..., todavía no soplaba,

los ungüentos y pomadas,

aún, causaban desvelo;

¿por qué hablar del antes,

si siempre, existe un luego?



JM

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