domingo, 30 de septiembre de 2018

Le silbaba el amanecer

al alba…

demasiados desvelos,

de madrugada;

él perezoso…, sin ganas;

para qué abrir las puertas

de la mañana;

si el día venía nublado,

podía esperar la diana.


JM



No hay comentarios:

Publicar un comentario