En mi vida…
no manda nadie;
quizás, la poesía…
que me recita alegrías,
cuando es menester;
dueña de mi alma,
de mis noches amargas
y mañanas de abril…
que abren los días,
con completas sinfonías,
de coro sutil;
viaje sin retorno
y adorno de un querer;
sensación inaudita que salpica.
a mi ser.
JM
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