Si tienes que dar un abrazo, hazlo ya; para qué esperar a un
luego, poco sincero y hasta cobarde. Si sentiste el impulso, dale curso a ese
culto con los brazos bien abiertos. Por qué, no…
No escondas las ganas tras una ventana de recelo, quítate el
velo y salta si es necesario. Puede que exista un mañana, sin ganas y afligido
que no entienda de latidos y buen sentir. Si portas en tu interior tanto, que
ningún canto, te puede ayudar, utiliza ese abrazo y poco más.
Ese simple gesto, detendrá guerras lejanas
y el daño que ellas encierran. Quédate
con esas caricias a deshoras y con las
manos que soban, al más tierno amanecer
y con un stop a tiempo, de aquel abrazo contento y este sentir, de paz y
gloria; en la memoria, del más florido abril.
Respirarán hondas e
íntimas las maneras; susurros de temprana mañana, en calma. Momentos de
vida, con fabulosas añoranzas de lazos infinitos, que no son delito y sanan
el alma.
El alma…
tu alma;
es la mayor de la armas;
dueña libre que no pide…
y da;
un poquito de vida
y otro poquito, de paz.
JM FB Agosto 23
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