Leí una poesía…
y sané;
algo inundó mi cuerpo,
ya despierto
que hasta mi alma,
librando el entuerto,
sonreía de emoción;
luego, vi que podía
sentir mía,
aquella inquietud…
que me hablaba de madrugada
y se posaba en mi ventana,
como rayo de luz.
JM
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