Te
escribiré…
aunque no
lo leas;
el poema
más bonito,
que roce
el delito
y hable
de ti;
utilizaré…
un
poquito de mi alma,
tu calma
y algo de
fe;
aquella
sonrisa que vi,
a mis
adentros devolví
y plasmé,
en este papel;
ahora…
ya bailan
los versos en esta alcoba,
huyendo de
las escobas
que les
pudieran barrer.
JM
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