...y sonaba su
pensamiento,
como las campanas de la torre...
pa dentro...;
no estaba cofundío,
sí, mu cierto;
oía cantar la ranas,
de lejos...
esperando al alba,
con los brazos
abiertos;
ya se oían los trinos,
de escandalosos
trigueros;
cantos de vida,
voces de ensueño;
...y nacieron aquel
día,
muchos borregos;
algunas serán hembras.
otros..., carneros;
simiente pura
de sementales
enteros...
dímelo ahora...,
no esperes a luego,
aquí, aquí... al oído;
no te vayas lejos,
las aguas de mi
arroyo,
te dirán ...
cuánto te quiero.
No habla de Serena, pero puede entrar.
JM
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