Portaba el
poema…
solera de
buen vino;
corazón con
latido,
aroma… y un
después;
ese que se
recuerda luego,
con añoranza
y desvelo;
dicha y
placer;
estuvo
escondido…
en un baúl
de recuerdos,
del doblado
eterno,
de mi ser;
ya era hora…
de conocer
su nuevo amanecer.
JM Vereda 287/21
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