Acudía el lunes…
a abrir la semana;
había comprado vida
en la esquina de la plaza;
seguro y contento,
olvidando lamentos,
tenía el mundo por delante;
siete días con sus noches,
sin reproches y ganas;
pensando en un mañana cierto,
donde luz no fuera castigo,
el sol, amigo
y el dormido, despierto.
JM
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