Me dijo la Serena…
que tenía sed;
qué haría yo…
para darle de beber;
si pinto un día nublado
y pincho a las nubes,
el agua que acude,
se dejará querer;
ya tengo flecha en la mano,
me he levantado temprano,
con ganas de ver llover;
ya lo he conseguido,
ya oigo los latidos
en aquella mujer;
llueve y llueve a gusto,
los disgustos…
se quedarán para después.
JM
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