Oía la poesía…
cómo se quejaba el poema
que lleno de pena,
lloraba y lloraba;
quién le había hecho daño,
si antaño…
soñaba viril y sano;
quién le negó la mano
e hizo sufrir;
las letras…
mucha de ellas indiscretas,
conocían de su padecer;
mas cómo hacer ver
que una condena invisible,
bebe de raíces,
difíciles de entender.
JM Vereda . Meterlo em prosa. Vereda 29/4/24
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