Cuando llegué…, me tuve
que ir. Habían crecido demasiado los geranios, pasado los años y no olía como
siempre olió; a aquello le faltaba vida, le faltaba amor.
Ya que me he ido, soy
un extranjero pasajero de una escondida verdad que reduce a poco, casi a ná, el
paso de algo ausente que se siente hondo.
Atrás quedaron los olores
a folklore, dignos amores de añeja juventud. Alcobas de edulcorados recuerdos y
paseos eternos en cielos infinitos, donde mis gritos, emanaban delito y falso bienestar. Tuve que mirar para dentro y
para atrás. ¿Había pasado el tiempo o algo más?
JM Vereda de verdad... Subir.
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