Un libro…,
es como hijo que vas criando poco a poco;
primero, limpiándole los mocos, más tarde comprándole un reloj. Es el paso del tiempo… cada día, una página escrita
que incita a la siguiente; viva mujer rebelde y valiente que no cesa de parir… escritos; sin domicilio
preciso, ni destino justificado, para qué mirar para otro lado si todo, está
ahí; envuelto en aires de rima y brisas de porvenir.
Esa infancia
con distancia, ese insurrecto juvenil; aquella fragancia de Nenuco, este
perfume de jazmín. Todo…, está aquí; todo…, allí; en los ojos de los capítulos los que te hacen
vivir. Lo que has conseguido, ya forma
parte del olvido; lo que vendrá…, si no tiene alas, no podrá volar.
Ese mundo que
a todos rodea, solo es un personaje en la novela de la vida; sensaciones
compartidas de un largo viaje…, y cuando las astillas del recuerdo sangren en nuestro equipaje, todos seremos adultos; todos…
infantes.
JM Vereda 5/4/22
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