Resulta inaudito..., que mis palabras
suenen a grito; siendo mudo, mi interés; malditos los delitos, sin juicio, ni
porqué; perverso el interés… del hombre que dice que ama, descansando en determinada almohada, que le llega…, a los
pies.
Queda mucho por hacer…y cuando nadie
me vea, no le llamaré a la guapa, fea; no tengo por qué. Sin embargo, gozo del
apetito de no cometer delito, ni mancharme otra vez. No se equivoca la boca…que besa y come; ni el hambre
…con afán de guardar, lo que esconde.
Todo lo que se queda sin hacer, nada
en olvido.
JM
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