Las mañanas
se vestían de vida…
cediendo a
las tardes el sosiego;
amigo del
ahora,
hostil con
el luego;
nadaban ilusiones en charcos transparentes,
había
llovido…
ya se oía
trinar a los pájaros,
abandonando
sus nidos,
libres…
como ellos
mismos;
precoces
voces,
con altavoz
mesurado,
en himnos de
gloria.
JM Vereda 1/11/21
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