Aprenderemos a ser nosotros, cuando dejemos de ser…, yo.
No toda la lluvia, moja; alguna, cala. Cuando lleguen los días grises de
otoño llamando a tu puerta, desaparecerán aquellas sonrisas abiertas del verano
y se quedarán en vano…, si no despiertas.
Si te rodea la libertad, no estarás solo; aprenderás a ser nosotros, cuando
dejes de ser yo. Podrás ser el sol interruptor que abra el día, cada mañana;
esperando a la luna, dichosa y oportuna, leal. Tierna y a oscuras, mujer que
madruga para bien dormir.
Para qué pintar la luna…
de forma extraña;
ella sola, se apaña.
Luna, luna…, sincera; a cachos y entera, con gritos que no escondes,
recitando versos inquietos, formados muy dentro; empatías interiores, furtivas
a favor del bien. Nanas de cuna, noches de luna y abrazos por
doquier. Abandonarán sus cuevas los cautivos poemas, liberando
a las tiernas poesías; nuevas melodías, de dulces esperas; compañeras
infinitas, en las noches eternas. Mutuamente se recitarán, al calor
de apetecible fuego; luego… se mirarán a los ojos; no hace
falta más, sellarán su compromiso de eternidad.
De ella me enamoré, como tierno
toro fuera del ruedo; siempre existe un después que espera con maneras,
rechazando ciertos juegos. Cuando ella
mira y nos mira, todo pasa; godo puede ocurrir. Nadie habla, nadie… calla; solo
ella, envuelta en nardos de plata. Cielos que amparáis a los rebeldes en noches
de luna, no temáis a los verdaderos furtivos, que se amparan en esa bruma.
“ Cuando se vive en la luna, hasta los selenitas... resultan extraños”
JM Novela…” Vereda de Verdad”
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