Cuando miro a
la Serena…
me veo
desnudo;
así me
siento a gusto
y no me
asusto,
de mi vestir;
tanto tiempo
abrigado
que los
olores del pasado
no se posan
en mí;
ella, Señora…
yo…, un
simple arlequín
que nada en
sus arroyos,
echando mano
de infantiles antojos
y sueños, sin
fin.
JM
No hay comentarios:
Publicar un comentario