Serena, no te enamores…
de este pastorcillo rebelde
que por ti se pierde,
cumpliendo dulce condena;
tiene poco que darte,
salvo estas letras
que nacieron de dentro,
de manera indiscreta;
querían saber de ti
y sentirte cerca;
pillas muchachas,
con lenguas de trapo
que lo caro, ven barato
y en cielo,
siempre luna llena.
JM
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