jueves, 31 de octubre de 2019


“Quizás exista un tiempo, en el que mire al mar; mientras, me quedo con mi río… y río”

Me río de los ateos, que al despedirse, dicen adiós; me río de los finales que nunca tuvieron comienzo. Me río con mi prosa, nunca rencorosa y gentil con ese río donde fío…, todo mi capital; compuesto de rimas nunca cautivas y ganar de pelear, contra el gusto a lo injusto, contra la falta de verdad. Dicen que se aprende a todo, incluso a amar…, por qué no inventan el modo de escuchar a los sordos y a los ciegos… que ven más allá.

Me hablan  las olas de mi río, cuando río…, a solas. Me río cuando lloro con mis versos; tal vez por eso, encadenado no quiero…, vivir preso. Me hablaron de mí, de cómo era, de cómo fui; defendiendo lo eterno, al silencio que no calla, al olor de una almohada mojada de sueños; preso ileso, marioneta de circo, vuelo…, sin motor; era yo…; si no hubiera sido, me hubiera perdido…, conocer a Dios.

JM Vereda 22/6/23

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