Aquellos cielos serenos y eternos de
la Serena,
aquellas miradas a lo lejos,
aquellos arroyos de espejo,
aquel sentir;
aquel olor a abrazo,
a madre y regazo…
a principio sin fin;
a aquella lluvia de primavera,
a esta esperanza y espera,
a ti;
cómo no mirarte a los ojos,
llenos de vida comprometida,
agradable furtiva…
en noche de abril;
cómo…no hablarte al oído,
evitando ruidos,
que te impidan dormir.
JM
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