No me quites las ganas de besar mi
tierra,
dame vida, para arar en ella;
serán surcos mis latidos,
olvidando ruidos…
dejando huella;
no admito tantos noes,
siendo posible, el categórico…, sí;
no me hables de usted,
siendo joven;
la edad, en el espíritu...
no se antepone.
JM
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