jueves, 24 de septiembre de 2020

Si me pidieran un deseo

 

    Si me pidieran un deseo,  haría de los tebeos … novelas ejemplares que evitaran males y tantos y tantos jadeos. Perdonen que hable de mí, pero es a quien más conozco y a quien menos respeto. No todos los fines gozan de principio; ir, no implica volver;  perder el miedo a fracasar es el aprendizaje más valioso de la vida, no lo hay mejor.

          Cuando el sol no da de lleno…, las sombras se alargan y expanden; cuando la melancolía goza de memoria, la historia acaba; cuando la emoción no se expresa, el cuerpo… duele. Si no abrimos los ojos, dormidos; el amanecer nos resultará ... deslumbrante. 

         Suele ser así…; que deseemos pintarnos los labios, faltándonos el carmín. La causa, no es casual; hay que aprender hasta de lo aprendido, agradecer al agradecido y sentirnos dueños del  bien. Un bien, entre paños; fuera ya de desengaños y decires.

          Si se da lo que se tiene, no se pierde. Lo puro, no necesita artificio, ni juicios determinados; el más sabio, no sabe; lee y dice que quien ríe el último, posiblemente, nunca  aprendió a reír. Si algo se desea vehentemente, es mejor no pensar en ello; si tiene que venir…, vendrá.


 Novela…”Vereda de verdad”

Septiembre 2020


    

 

 

 

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