Había estado peleándose toda la noche
con las letras; estas, inoportunas y
hasta inquietas. Mujeres de alto carácter y dudoso porvenir. Poesía y prosa;
prosa y poesía…, qué cosa, qué alegría…; digna mariposa que vino de lejos,
acariciando versos y procesos, con ganas de vivir en un mundo distinto, sutil.
Donde el cielo acaricia el suelo, con rimas de plata y flores de un jardín distinto,
digno; rebelde y gentil. Donde los luegos, son ahora y los juegos, algo que
decir. Donde diga la mirada y la palabra, mire; donde el esbozo de un gozo, no
nade en pozos someros y sí, en olas de lindo destino; donde…, dónde se
quedaron las gracias, el por favor y el buen decir. Si ya, las buenas maneras
no pisan las aceras, donde escribir.
Como con el verso,
duermo con la poesía,
hago mía…
cierta ilusión;
las letras me enseñan,
a ser mejor;
no deseo mirar para otro lado,
apartar el pasado,
ni olvidarme del sol.
…y si alguien me presenta, algo mejor; que le ponga música, que recito…, yo.
JM Vereda 12/1/22
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