jueves, 22 de julio de 2021

No estudió poesía

 

No estudió poesía, ni otra cosa;  ni rima, ni verso y en este exceso de carencias, se presentaban ideas, pidiendo ser recordadas. No lo advirtió y sembraba la “vía”, de anhelos y ganas de continuar. De esta manera se encontraba a gusto con lo que hacía, no le costaba trabajo, continuar.

Cierto olor, suponía un motivo; cierta mirada…, inquieto desasosiego donde los luegos eran ahoras y el escribir, necesario. Para qué idear atajos a ese tajo si así, se sentía feliz. Un poema infinito, una llamada a gritos, un… soñar; sí, soñar dormido, sintiendo los latidos de su interior.

Mucho tiempo estuvo solo, conociendo la soledad; siendo señora difícil de amar. Se acuesta temprano, teme no llegar a la oscuridad de la noche que sin duda, se presentará; una vez dormida, le cuesta soñar.

Aquella noche, quien no estudió poesía, no cenó; desvelos de madrugada o falta de sueño; enemigo este, no pequeño; vivo, vivo, y cierto. No quería pensar en nada y se imaginaba el cielo; tormento oportuno, tal vez consuelo.  Hilar rimas y sentirse preso, de ellas. Dichosas mujeres, sin dueño; ricas empresarias, con falta de  dinero. Quedaba lejos el alba y el amanecer más intenso;  más lejos, el verso. No advirtió que quería soñar…, soñar despierto. Así…

 

Se presentó el poema…

tras toda la noche sin dormir;

ayuno de desayuno

y poco más que decir;

durante el día

quiso escribir, pero…

qué escribía;

la noche fue cruel,

amarga y fría;

estar despierto suponía…

darle vida, a esta poesía;

por lo tanto,

no durmió;

                                               sin saberlo…

su poema, acabó.


JM Vereda....3/12/21

 

 

 

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