Mi padre decía… que de lo que estaba lleno el corazón, hablaba la boca; esconder lo que nos toca, no tiene razón de ser. Aunque te falte todo, puedes encontrar acomodo en un simple lápiz y papel; en las estrellas que iluminan los días y en el sol, que brilla sin amanecer.
Te mirarán a ti los espejos, no tú a ellos y reiréis juntos. No debes ir donde te obliguen y sí, donde creas conveniente; córtate el pelo y hazte un sombrero, con él. Luego, dibuja en el agua esperanzas eternas que te ayuden a despertar. Dices que tienes de todo y te falta…, vivir; cómo piensas de ese modo, encontrando acomodo en un camino que te faltó sentir.
A diario, el escenario de alguien a quien llaman vida, nos presenta un anónimo poema, una nueva emoción; un mirar a lo lejos de infinito recorrido; un latido… que palpita y grita, en nuestro interior. Cómo no hacer caso a esos verdaderos e íntimos pasos que ya olvidaron fracasos y huelen a porvenir; cómo no pintarnos la cara con sonrisas de almohada y un eterno, sí…
Nadie me mostró el olor…
yo, elegí el aroma
y esa sensación que ahora asoma,
nada en mi corazón;
yo mismo sufrí el dulce dolor
que a menudo se presentaba,
testigo era mi almohada,
pañuelo, de mi sudor;
para qué defender el sí,
cuando era… no.
JM Fb Octubre 21 Vereda 9/1/23
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