Cuando leo, viajo a lo desconocido; no me importan los
exteriores ruidos, falsos latidos de verdad. Entro en un mundo sin rumbo, ignorando
su final. Es cada episodio un verso, inigualable proceso de inquietud: qué dirá
la siguiente página, qué ocultó poema que tanta espera, me hizo guardar.
Siempre fue grato mi trato a las letras que, en ocasiones, indiscretas, gozan ya de bienestar. Siempre
fui súbdito de ese reino inventado: leer con cuidado y escribir con pasión.
Y dirán que no, que las letras son únicamente tretas para
entretener al más pillo de los críos, o al más cobarde mayor. Ese, que hasta de
reojo, se aprendió la lección.
Usted haga lo que quiera, yo continuaré con mi novela,
edulcorada de versos. Dignos procesos, de pleno bienestar.
JM Vereda 2/2/22
No hay comentarios:
Publicar un comentario