Duele decir “Te
quiero”
con lo
bonito que suena
e imaginar
cielos,
con mil
estrellas;
subirse a
una de ellas
y desde allí
gritar:
¿Por qué no
se dibuja el mundo
con una
mano, atrás?
tal vez el
abstracto resultado,
no esconda un
milagro,
donde mirar
y mirar.
JM
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